Vos no lo sabés. Usted no lo sabe. Todos los días la redacción de LA GACETA inicia un diálogo profundo con vos, con usted. "Al lector le interesa eso", arriesga un cronista y algún editor con tono de saber un poco más alecciona: "No, al lector le interesa otra cosa". Así pasan los días, las horas, los minutos en un recinto de computadoras al rojo vivo y de periodistas, fotógrafos, archiveros, filmadores y asistentes que van y vienen a ritmo afiebrado. Todos cargan la misma ilusión: satisfacerLO, seducirTE a vos, a usted. No es fácil. Tanto es así que ni siquiera nos ponemos de acuerdo si debemos tutearte o no, si debemos Tuitearte o escribirte.
Usted o vos siempre estuvieron más informados que los periodistas, pero ahora, además, tienen adónde contarlo. Ahí comienza el nuevo desafío periodístico que LA GACETA ha aceptado afrontar. Hace cinco lustros, cuando ingresé por primera vez a la Redacción, el ruido infernal de los teclados de las Lexicon 80 empezaba a la 19 y paraba a la medianoche, salvo que alguien se muriese y, esa noticia se convertía en un ensordecedor silencio. Hoy los teclados son más sensibles que un bebé, pero no pueden parar jamás porque desde las cero hasta las 24 de cada día cuentan historias y usted y vos ya no son un sujeto pasivo que escucha, ahora quieren dialogar, responder, aceptar y hasta refutar.
A cada instante del día hay alguien en la Redacción de LA GACETA abierto al diálogo con el lector, esa entelequia que tiene todas las edades, los sexos y los gustos... y también las costumbres.
Hemos tomado la decisión de acortar distancias. De mirarte y de mirarlo a los ojos y decirle esto pasó, creemos que es por esto y mañana puede pasar tal o cual cosa. Prendé o prenda la computadora porque por ahí nos puede ir contando lo que siente o lo que piensa de lo que ha ocurrido y prepárate o prepárese para que mañana reflexionemos con el diario de papel en la mano.
Vos no lo sabés, usted no lo sabe, pero todos los días cada uno de ustedes está dentro de la Redacción. Viven con nosotros. Se sientan en nuestras sillas, nos bisbisean cosas en nuestros oídos, nos miran desde nuestras pantallas. Nosotros somos ustedes y viceversa. Así lo sentimos en la Redacción y queremos que a ustedes les pase lo mismo.
El cambio que les ofreceremos a partir del martes quiere fortalecer ese diálogo. Para nosotros es algo histórico, para eso hemos transformado desde el orden en el que están los escritorios hasta las responsabilidades de cada uno de los integrantes dentro de la estructura del diario.
En la Redacción sentimos que a veces este diálogo se desvanece. Nuestro sueño es que se enriquezca para satisfacerte y satisfacerlo con nuestras producciones. Pecamos de soberbios cuando hablamos desde nuestra PC y creemos que se habla de lo que decimos, pero son deformaciones del oficio: sólo queremos compartir lo que sabemos y hacer que circule lo que se dice. En definitiva, los periodistas tomamos prestado cosas de la realidad para devolvérselas a ustedes.
Podríamos agarrarnos la cabeza porque algunos diarios de papel se reconvierten y otros se jubilan. Podríamos asustarnos porque la melancolía y la bohemia han sido asaltadas por las estadísticas que dicen que las pantallas y los móviles son el futuro. Pero tenemos la obligación de hablarnos ya con la sinceridad de lo que sabemos y de lo que no. Por eso LA GACETA va a darle un trato diferente: más cercano, a algunos temas, y por eso, a más tardar en diciembre, ya tendremos nuevas plataformas en LAGACETA.com que les permitirán participar más y con mayor calidad. Por eso Espectáculos e Información General (TUcumanos desde el martes) ya no serán una parte sino un todo con mayoría de edad e independencia del cuerpo central del diario. Hasta la próxima.